Bernal Roberto Rojas Barrantes (I FD) Diócesis de San Isidro del General
Inicio externando lo sumamente agradecido que me encuentro con Dios por todo cuanto ha hecho en mi vida, bien sabemos que su amor por nosotros es infinito (Cf Jn 3,16) y para mí el hecho de darme la oportunidad de discernir en la vocación sacerdotal es un claro ejemplo. Hace poco más de un año me adentré a este proceso formativo en la etapa Iniciando el Camino del Discipulado (propedéutico o introductorio), dicho tiempo lo describo como un corto pero largo año, corto porque en tiempo calendario es relativamente poco y largo porque viví muchas experiencias que me dan la impresión de que hubiese pasado más tiempo.
Me permito ahora describir mi experiencia, desde el día que me dieron el sí para ingresar al seminario, me llené de mucha alegría, esperaba con ansias y no puedo negar que con miedo la convivencia y el ingreso, me atrevo a decir que el 11 de febrero del 2024 (día del ingreso) para mí fue uno de los momentos más felices de mi vida, sabía que a partir de ese día la persona que existía ciertamente debía dejar de existir para convertirse en la persona que Dios tenía en sus planes. Considero una gran experiencia haber conocido a los hermanos con los que viví ese año, con el tiempo se fortaleció poco a poco el convivir entre la comunidad general y más aún en la pequeña comunidad, con ellos por el modo de vida la hermandad aumentó más significativamente, de igual forma estoy muy contento con el equipo de formadores, quienes como buenos pastores nos tendieron su mano, guiaron y brindaron distintas herramientas para nuestra mejora integral en el proceso.
Me gustaría resaltar también la integralidad de la formación recibida, pues dentro de las labores diarias poseíamos tiempo para prácticamente todo, desde el ámbito espiritual, intelectual, hasta la salud física, mental y el desprenderse de uno mismo para servir a los demás, no es común una metodología que se enfoque tan íntegramente como lo es el seminario. Por otro lado, algo que consideré muy oportuno es el hecho de adentrarnos a nuestra historia de vida, aceptarla con amor, sanar heridas que en ella existan, así como fortalecer la relación y caminar de la mano con la familia que sin duda forman parte importante en nuestra historia de vida, lo anterior quisiera ilustrarlo con la siguiente imagen:

En la fotografía me encuentro con mi madre y padre a los pies de María Auxiliadora, el día de la convivencia de familias en el introductorio, además, resalto el hecho de que juntos confiamos en el auxilio de María, puesto que nací justamente el día que se celebra su memoria, con la foto quiero evidenciar el gran apoyo que he recibido por parte de mis padres, hermanas, familia y amigos en general, sin duda sin su oración y cercanía el proceso resultaría complicado. En un mismo sentido, he tenido bastante apoyo por parte del equipo de pastoral vocacional de nuestra diócesis, así como la comunidad parroquial, hermanos seminaristas y todos los fieles que bondadosamente colaboran de distintas maneras.
Finalizo con la seguridad de que lo vivido al día de hoy ha sido totalmente por gracia de Dios, sin duda solo con su fortaleza seguimos adelante, porque, aunque tengamos disposición, somos humanos frágiles y en cualquier momento podemos caer, pero tengo la esperanza de que si me sucede, Jesús me brindará su mano para levantarme como lo hizo con su discípulo Pedro (Cf Mt 14,33).